Hace algunas semanas vino Pampito, la mascota de la clase de J.Vicente, a pasar unos días a casa con nosotros. Como no podía ser de otra manera, me pasé esos cinco días haciendo fotos sin parar a los niños con el payasete: que si desayunando juntos, que si en el parque, que si haciendo la compra... Nos teníamos que llevar a Pampito a todas partes, porque si se le olvidaba a uno, ya estaba el otro para acordarse. Casi me atrevería a decir, incluso, que la que más disfrutó de la visita fue Valentina. Hay que ver qué abrazos y arrumacos le daba a "Tito" ❤️.
El caso es que revelé una selección de esas fotografías y J. Vicente se pasaba los ratos viéndolas una y otra vez. ¡Incluso se las llevaba a dormir! Estaba claro que algo tenía que hacer con ellas... Pero hasta esta semana no pude ponerme con el mini-álbum. Es algo sencillo, porque es para los peques, y tiene una peculiaridad que, si alguien me hubiese preguntado hace algunos años, hubiese jurado que nunca haría... ¡lo he forrado! Y no queda tan mal como podría esperar...
La encuadernación es sencilla, anudada al lomo con cola de ratón amarilla y con varias bolas decolores y un cascabel enganchados. No he hecho muchas fotos del interior, pero os dejo un par de detalles:
Encantados están los dos con el "cuento de Pampito". De hecho, ahora mismo (estoy programando esta entrada con nocturnidad y alevosía para mañana) está J.Vicente durmiendo con él. Sin duda fue una genial idea forrarlo...
A las "antiguas" en esto... ¿recordáis estos papeles de Sassafrass? Ahí los tenía, guardaditos desde hace más de 7 años y hasta ahora no les había metido la tijera a unos cuantos de ellos... ¡Cómo me gustaban estas colecciones!
Bueno, por hoy me despido ya... ¡Espero que paséis un genial domingo y comencéis la semana muy bien! ¡¡Besitos y gracias por leerme!!